Ella fue la primera a la que vine en Moscú. Inicialmente fui a Mónica. Pero si no me equivoco, Mónica enfermó y, por supuesto, no me lo contaron. Rushana carece de feminidad y es un poco grosera. La actitud fue excelente. Me dio un poco de té y se relajó. Tenía miedo de ser el receptor, así que nos separamos en buenos términos y en una conversación sincera.
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26/6/16