El apartamento está relativamente cerca del metro, las indicaciones son correctas. Me recibió con un traje sexy, con un pene de tamaño impresionante sobresaliendo de sus bragas. Después de la ducha, Kat se sentó desnuda en una silla con la polla apuntando hacia arriba. Ella se ofreció a hacerle una mamada, lo cual comencé a hacer con mucho gusto. El “bebé” apenas cabía en mi boca. Luego me llevó a la cama, me puso boca abajo y empezó a entrarme lenta y muy cuidadosamente, y lo más sorprendente es que es bastante indoloro, después de entrarme por completo, comenzó a moverse con cuidado, luego, sin quitarse el pene, la puso a lo perrito y la hizo seguir adelante. Yo mismo conoceré su polla. Aún así, el tamaño de su pene resultó ser demasiado grande para mí, sin embargo, no hubo sensaciones placenteras ni dolorosas. Sin embargo, mi pene se mantuvo como una estaca y yo, habiéndome masturbado un poco, me derramé abundantemente sobre la sábana. En ese momento el programa terminó por iniciativa mía, aunque Kat no estaba en contra de continuar. Lo malo de la visita para mí es que fuma mucho, por lo demás no me arrepiento, la actitud es buena.
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