Empezamos con un masaje. Todo estaba bien: estaba simultáneamente relajado y excitado, y de alguna manera pasó desapercibido. Sin embargo, en las experimentadas manos de éste, pronto estuve nuevamente listo para continuar las hostilidades. Clásico: varias poses cambiadas. La niña es muy activa y móvil en la cama. Así que volví más rápido de lo que esperaba.
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